miércoles, 30 de marzo de 2011

LA BANDERA, LOS COLORES Y SU SIMBOLO

 

LA BANDERA, LOS COLORES Y SU SIMBOLO

LA BANDERA, LOS COLORES Y SU SIMBOLO

ORIGEN DE LOS COLORES DE LA BANDERA

• El escudo de Buenos Aires.

La Dra. Patricia Pasquali sostiene que los colores celeste y blanco surgieron cuando la Revolución, nacida en Buenos Aires, debió imponerse al Interior del país, donde se levantaron focos contrarrevolucionarios, tales como: Córdoba, Montevideo, Paraguay y Alto Perú.
En esa ocasión utilizaron los colores porteños, es decir los del escudo de Buenos Aires, existente desde 1649. Este estaba constituido por un óvalo, en cuyo cuartel inferior se dibujaba un río "plata" (blanco), surcado por dos barcos en direcciones contrarias y en el que asomaba parte de un ancla y en el superior un cielo "azur" en el que volaba la paloma de la Trinidad. Se simbolizaba de esta manera los nombres de la ciudad-puerto.

Uno de los testimonios que avala esta posición es el siguiente. La correspondencia dirigida por el embajador español en la Corte de Río de Janeiro, marqués de Casa Irujo, al gobernador de Paraguay, Bernardo de Velazco, datada el 8 de abril de 1811, manifestaba lo siguiente: "Ayer tarde entró aquí un barco procedente de Buenos Aires y cuyo capitán ha declarado que el Sr. Virrey Elío había renovado el bloque con el mayor vigor y que el día antes de la partida de Buenos Aires, el populacho andaba muy alborotado, adornando sus sombreros con lazos azules y blancos y tremolando una bandera en que se veían dos navíos en rumbo encontrado y con un ancla contenida en una corona con varias letras iniciales pero significativas de que no se acuerda exactamente"

Cabe aclarar, que los colores azul-celeste y blanco: "...en cintas, moños y lazos, fueron distintivos de los patriotas al tiempo de las invasiones inglesas"



• Los colores de los Borbones


Antes de ocuparnos de esta postura, debemos interiorizarnos en las banderas que se utilizaban en España. Al unirse Castilla y Aragón surgió la bandera roja y gualda (gules y oro), producto de la unión de los colores dominantes respectivamente en la heráldica de esos reinos .


Al comenzar el siglo XVIII, al asumir la dinastía de los Borbones, se reformaron las banderas. Se autorizaron sólo tres y luego dos por cada batallón. Con respecto a los colores, en el reglamento de Felipe V, de 28 de febrero de 1707, se ordenó el uso obligatorio de las tres aspas de Borgoña sobre fondo blanco. Se conservaron leones y castillos y se acantonaron los extremos de las aspas con las armas de cada ciudad, provincia o reino y comenzaron a usarse el azul y blanco de la Casa Real, respetándose las aspas que se habían introducido con Felipe el Hermoso, marido de Juana, hija de los Reyes Católicos. Desde 1734, se ordenaron tres banderas por cada regimiento, todas blancas. La coronela del primer batallón privilegiado llevaba escudo real en el medio y, en su centro, la lis blanca en campo azur. Los otros dos batallones llevaban cruces de San Andrés. Esta estructura militar fue conservada por los Patricios de Buenos Aires.

Carlos III, al enfrentarse en las guerras con Francia, que mantenía pendones semejantes a los españoles, dispuso por real decreto de 1785, la vigencia de los colores rojo y gualda en las banderas de los navíos de la Real Armada y en las plazas marítimas, como Buenos Aires. Los regimientos mantuvieron la primacía del blanco, pero debían poseer una única bandera .
Los historiadores que sostienen que Belgrano se inspiró en los colores de los Borbones al crear la bandera se basan en que estuvieron presentes en el Consulado, cuyo secretario perpetuo–como bien sabemos- fue Don Manuel Belgrano.


Según el Acta de instalación del Consulado la enseña elegida por esa corporación tenía los colores blanco y celeste. Estos colores responden a la banda de la Real Orden de Carlos III, establecida en 1771 por ese rey, quien se inspiró en la túnica y manto de la Virgen en su advocación de la Inmaculada Concepción, declarada Patrona Universal de los Reinos de España e Indias en 1760. La condecoración que se creó para la Orden pendía de una cinta celeste-blanca-celeste, como la banda de nuestros presidentes, colocada desde el hombro derecho a la faltriquera izquierda. En el famoso cuadro de Goya sobre la familia real se observa a Carlos IV usando esta condecoración. Mitre sostuvo a partir de 1878 esta interpretación, basándose en esa pintura, ya que antes había adherido a la tesis que lo relacionaba con el uniforme y penacho de los Patricios.


Según Ovidio Giménez, Belgrano, quien permaneció en España durante ocho años, no podía desconocer los colores de la Orden de Carlos III y su relación con los colores de la Inmaculada Concepción.


Los investigadores que se oponen a esta hipótesis, entre los que se encuentra Patricia Pasquali, sostiene que Belgrano, que pertenecía al grupo más radicalizado de la Revolución –es decir al morenista-, no podía adoptar una postura "fernandista", cuando se pretendía la independencia de España y sus monarcas.

• Los colores del manto de la Virgen

Los colores del manto de la Virgen se asocian a los de los Borbones. Guillermo Furlong señala que "al fundarse en 1794 el Consulado, quiso Belgrano que su patrona fuese la Inmaculada Concepción y que por esta causa la bandera de dicha institución constara de los colores azul y blanco. El P. Salvaire confirma nuestra opinión al afirmar que con indecible emoción cuentan no pocos ancianos, que al adjudicar Belgrano a la gloriosa bandera de su Patria los colores blanco y azul celeste, había querido, cediendo a los impulsos de su piedad obsequiar a la Pura y Limpia Concepción de María, de quien era ardiente devoto . Estas palabras fueron tomadas de José Lino Gamboa y de Carlos Belgrano, hermano del general, a quien atribuyeron haberse amparado en el Santuario de Luján" .
Belgrano juró defender como dogma la Inmaculada Concepción en la Universidad de Salamanca el 6 de febrero de 1793 .


Otro de los elementos a tener en cuenta, es lo realizado por Bolívar en Caracas, importante foco revolucionario de América del Sur, al igual que Buenos Aires. "Bolívar, como orador en la Sociedad Patriótica, formula una vehemente instigación a la osadía; el 4 de julio de 1811, Peña, ante el Congreso, hizo valer la opinión, ahora revolucionaria, de Bolívar: ¡Detestamos a Fernando VII! El 8 de julio se hizo conocer la 'Declaración de Independencia de la Confederación Americana de Venezuela: art. 8: ¿Juráis a Dios y a los Santos Evangelios que estáis tocando, reconocer la soberanía y absoluta independencia, que el orden de la Divina Providencia ha restituido a las Provincias de Venezuela ...de toda sumisión a la monarquía española...y conservar y mantener pura e ilesa la santa Religión Católica Apostólica romana, única y exclusiva de estos países y defender el misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen María, nuestra Señora? '¿Qué tiene que ver el misterio...? Un periódico caraqueño dio la respuesta al enigma.' El pueblo no apoyaba a los separatistas que se habían escudado en el misterio de Fernando VII. Hubo que recurrir a otro misterio, el de la Inmaculada Concepción, para lograr el consenso del arzobispo y de la sociedad" .


• La sociedad patriótica y el grupo morenista


El grupo liderado por Mariano Moreno era el sector más decidido de los revolucionarios. Moreno, al ser desplazado del gobierno por el grupo moderado o conservador, encabezado por Saavedra, aliado a los diputados del Interior, cuya principal figura era el deán Gregorio Funes, proponía una línea de conducta drástica.


Numerosos testimonios confirman la utilización de los colores celeste y blanco desde el inicio de la Revolución. Seleccionaremos algunos de ellos:

Ignacio Núñez en sus Noticias Históricas consignaba que el 9 de julio de 1810: "El Ejército marchó de Monte Castro cantando victoria entre las aclamaciones de un concurso extraordinario; y la escena de ese día no se ha reproducido ni se reproducirá en Buenos Aires: los soldados llevaban en sus sombreros la cucarda española amarilla y encarnada, y en las bocas de los fusiles cintas blancas y celestes."

José de Moldes, gobernador de Mendoza, el 31 de diciembre de 1810 le comunicaba en oficio dirigido a la Junta de Gobierno de Buenos Aires, haber armado dos Compañías de alabarderos, y agregaba: "A estas dos compañías he puesto escarapela nacional, que he formado con alusión al sur, celeste, y las puntas blancas por las manchas que tiene este celaje que ya vemos despejado: el modelo irá en la primera ocasión". Afirmaba haber adoptado para distinguir las graduaciones de los oficiales un sol y aclaraba que ellas "olvidan el uso de nuestros tiranos y tiene alusión con lo más sagrado que adoraron nuestros abuelos" (en alusión al Inti incaico). Finalizaba de esta manera: "La reunión de las provincias parece que da margen para considerar llegado el tiempo del uso de una cucarda nacional y de una graduación propia de ella, más cuando la tienen todas las naciones y que es precisa para que nuestros paisanos levanten la cabeza que aún llevan baja. Desearía fuese de la aprobación de V.E. y en el ínterin viene la orden de V.E. la tengo colocada en mi sombrero" .


La Sociedad Patriótica, creada el 21 de marzo de 1811, tenía por objetivo reanimar el espíritu revolucionario y sus miembros llevaban cintillos celestes y blancos prendidos en el sombrero o en el ojal de la solapa, al igual que los regimientos América y Granaderos de Fernando VII, cuyos comandantes, los coroneles Domingo French y Juan Florencio Terrada, fueron activos miembros esa institución.


En relación con los colores utilizados por la Sociedad Patriótica, documentos de 1811 aseveran que en el mes de febrero de 1811 "se descubrieron unas escarapelas cuya significación era la libertad" y que eran "escarapelas fondo celeste pero no se hicieron públicas hasta el mes de marzo y se consagraron el día 23, al quedar constituida formalmente la Sociedad Patriótica en el café de Marco (o Mállco, como lo llama V.F. López), situado en la esquina del costado de San Ignacio" .


Según el testimonio de Ignacio Núñez, contemporáneo a los sucesos, el presidente Saavedra recibió la denuncia de "que se hacían invitaciones para una reunión armada por medio de agentes que se distinguían con una escarapela blanca y celeste y ordenó prender a los que encontrasen con divisas blancas y celestes y a los que pareciesen sospechosos". A la una está llena la galería de la Fortaleza que miraba al norte, porque pasaban de ochenta los jóvenes, de menos de veinticinco años. Varios de ellos se presentaron en la galería de su prisión con la cucarda que la había provocado. Y allí el secretario Hipólito Vieytes repitió interminablemente este interrogatorio: "Qué sabe ud. de una reunión de ciudadanos? No se pronuncia, por el gobierno, la palabra libertad, que sonaba a oposición, se dice que era una divisa diferente a la que cargan los españoles para combatir contra la revolución". El coronel French y el teniente coronel Beruti, comandante y segundo del regimiento América, eran cabezas decididas en la organización de la sociedad y contaban con el concurso de los oficiales. El general Belgrano prestaba también su apoyo. Domingo French era hombre que respondía personalmente a Belgrano, y con Beruti eran jefes de los hombres de acción y de los chisperos".

• El cielo


Alberdi nos ofrece una interpretación poética que no se relaciona con la verdad histórica. En su obra, La Revolución de Mayo, afirma: "España tiene la suya (se refiere a la bandera), nosotros tengamos la nuestra. Para representar la Libertad, que es hija del cielo, nada más lindo que los colores del mismo cielo".

Al describir la bandera menciona: "El que resplandece sobre nuestras cabezas, nos presenta el diseño así: las manchas blancas del sud, sobre el fondo azulado. He ahí nuestro estandarte: la imagen concisa de nuestro cielo y de una causa que también es hija del cielo, porque es la causa del Evangelio, la causa de la Libertad, de la Igualdad, de la Fraternidad...".

 

JOSE ALI MORENO LOBO C.I 18953763

 

3 PARCIAL DE CRF

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